¿A qué estamos jugando?
Tras el descalabro de ayer, dijimos que hoy podía suceder cualquier cosa. Que había miedo y que, ante el miedo, no se pueden realizar pronósticos. Que hoy podía salir alguna autoridad y hacer que las bolsas subieran.
Pero no, no fue ninguna autoridad la que salió a escena, sino que surgieron rumores… Rumores de que tal vez mañana el Banco Central Europeo moviera ficha. Si no baja los tipos de interés (que pensamos que no los bajará, pues su principal y casi única misión es controlar la inflación y ésta ahora mismo está alta), tal vez causara muy buen impacto sobre las bolsas el que cambiaran su discurso tan agresivo y no dijeran que la inflación está alta y que van a luchar contra ella.
Sin embargo, no tenemos ninguna confianza en que esto ocurra. Ya nos han dejado claro por activa y por pasiva que su única preocupación es la inflación y que, si la economía en Europa da síntomas de enfriamiento, deben ser las políticas de cada uno de los Gobiernos las que intenten dar un empujón a dichas economías.
Eso sí, los rumores han causado el efecto deseado y las bolsas han subido, recuperando parte de lo perdido ayer. Pero sigue habiendo miedo por la situación de la economía a nivel mundial y muchas dudas. Eso ha hecho que el Ibex no hay sido capaz de romper con solvencia los 13.000.
Además, los americanos tras un comienzo prometedor, han ido perdiendo fuelle y han cerrado con pérdidas, bastante significativas en el caso del Nasdaq 100 (una caída del 1,83%), aunque inferiores en el caso del SP500 y del Dow Jones. Estas caídas pueden significar apertura mañana a la baja. Y luego a esperar lo que diga el BCE y Trichet.
Por tanto, mañana es recomendable extremar la prudencia y cerrar operaciones antes de que el BCE dé a conocer sus resoluciones y Trichet dé la rueda de prensa. Como vemos, las bolsas siguen buscando droga por todas partes, y ya que la Reserva Federal con su presidente Ben Bernanke al frente ya les han dado sus buenas dosis y queda aún algún tiempo para que vuelvan a repartir más, mañana buscan que Trichet sea el camello que les pueda dar algo con lo que evitar el mono.
Así pues, mañana tendremos un día que puede ser de nuevo movido dependiendo de lo que diga Trichet. Si éste insinúa aunque sea que la inflación puede dejar de ser un problema, puede ser que subamos. Si sigue inflexible, tenemos todas las papeletas para bajar y bien.
Recordemos, en el Ibex seguimos laterales con un rango entre los 12.000 y los 13.500. Y, actualmente, si Trichet no lo remedia mañana (y durante el tiempo que dure la dosis de droga para los mercados), nos decantamos más por la posibilidad de volver a visitar los 12.000. Pero, como las bolsas están locas, no vamos a apostar ni un euro por ello.
Seguimos recomendando operar a muy corto y no dejar operaciones abiertas al cierre, porque lo mismo un día abrimos con gap bajista que al siguiente abrimos con uno alcista. Y ya entra dentro del azar adivinar cuál será el gap que toque al día siguiente.
Por último, recordar que mañana presenta resultados el Banco de Santander. Se esperan muy buenos, como nos tiene acostumbrados, pero tal vez haya alguna partida de provisión por las pérdidas que acumula en Sovereign. Veremos cómo son los resultados, porque ya sabemos que el Santander tiene una ponderación importante dentro del Ibex.
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