Pesadilla en Wall Street
En 1984, Wes Craven estrenó la que sería la primera película de la saga de Pesadilla en Elm Street.
En ella, una adolescente comienza a tener horribles pesadillas en donde es perseguida por un extraño tipo (Freddy Krueger) que lleva un jersey rojo y verde, un sombrero y un guante con cuchillas en su mano derecha. Varios de sus amigos comienzan a tener pesadillas del mismo tipo, hasta que se dan cuenta de que cada vez que se duermen, las pesadillas se hacen realidad y que Freddy Krueger les va matando.
Por más que intentan no dormirse, el sueño acaba haciéndose con ellos y ahí aparece Freddy para aprovecharlo. La película continúa con la lucha que se traen los adolescentes contra Krueger, y las sucesivas entregas de la película siguen con el mismo argumento: Freddy Krueger apareciéndose en los sueños de la gente para ir matando a cuantos encuentra en su camino.
Hoy, las escenas que se han vivido en las bolsas han recordado a una película de terror como Pesadilla en Elm Street. Aunque todos daban por hecho que el plan de rescate de la Administración Bush iba a ser aprobado más pronto o más tarde, ya por la mañana, ante la no aprobación antes de la apertura de los mercados del plan, las bolsas comenzaron sus momentos de incertidumbre. Incertidumbre que se fue tornando en fuertes bajadas, y que fue sustituida por el pánico cuando se confirmó que la votación en el Congreso había deparado el rechazo al plan de Bush, Paulson y Bernanke.
Si en Pesadilla en Elm Street lo que no debían hacer los protagonistas era quedarse dormidos para que no les atacara Freddy Krueger, en nuestra particular Pesadilla en Wall Street lo que todos los operadores querían era que todo hubiera sido un sueño, y, al igual que en la película de terror, despertar de él sanos y salvos. Pero las garras de Freddy Krueger son alargadas y podemos decir que muchos han caído en esta primera parte.
Y es que si tenemos nuevas noticias del plan o de otros que puedan ser aprobados, la situación se volverá casi insostenible. La figura de Paulson de rodillas ante la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi implorando porque el plan fuera aprobado, deja bien a las claras lo trascendental que era para salvar la situación. La caída de hoy del Dow Jones, la mayor en puntos de la historia con 777 puntos de caída, solo es un anticipo de lo que puede seguir ocurriendo. Incluso aunque haya un rebote muy fuerte, la impresión es que lo peor está por venir si no se arregla esto con otro plan.
Y es que la caída del Dow Jones de hoy se ha llevado por delante todos los soportes que ha encontrado en su camino. En primer lugar, ha derribado el soporte de los 10.825, que venía aguantando en las últimas sesiones y que ha resistido cuanto ha podido hasta que se ha confirmado el rechazo al plan. Después, el que ha sido destrozado como si fuera mantequilla ha sido el de los 10.680, el que fuera triple suelo en 2006, y, por último, el que marcaba los mínimos de este mes de Septiembre en los 10.459, para terminar en los 10.365,45. Y, lo que es peor, con el siguiente soporte en los 10.156, y con el objetivo puesto en los 9.875, correspondiente al 61,8% de Fibonacci de la subida desde los mínimos de 2002. La situación es de pánico, y en estas situaciones no suele funcionar la coherencia, por lo que lo mismo podemos ver un rebote muy importante como que continúen los desplomes. Es muy probable que las autoridades intenten sacarse un conejo de la chistera para parar esto. Pero ya hemos visto para lo que han servido las últimas medidas…
Euro Stoxx nos ha recordado hoy, con su caída, el gráfico del HCH gigantesco que señalamos hace algún tiempo. Decíamos que la proyección de caída sería de casi 1.200 puntos desde los 3.400, y ya llevamos 500. Hoy la caída se ha detenido en el soporte de los entornos de los 2.880, pero, visto lo visto, no se puede asegurar que este soporte no se destroce mañana mismo. Además, no consideraremos que la situación mejora mientras no se rompa al alza la directriz bajista iniciada en Diciembre de 2007 y marcada en verde en el gráfico.
Por último, el Ibex. Si nos fijamos en el gráfico del futuro del Ibex, vemos como hoy, a pesar de caer 390 puntos, ha cerrado justo en el nivel psicológico de los 11.000. Pero eso ha sido antes del apocalipsis vivido tras rechazarse el plan de rescate de Bush. Por ello, mañana debemos abrir con un fortísimo gap bajista. Hemos señalado en verde el que parecía ser el canal bajista en el que se movía el Ibex desde hace tiempo. Pero vamos a ver si mañana no rompemos por abajo este canal bajista. La apertura, si nada lo impide, debería llevarnos hacia la parte baja de ese canal bajista y allí ver si aguanta o no. Si no aguanta, el siguiente soporte está en los 10.420, aunque el camino podría ser el que nos llevara a los entornos de los 9.400, por donde pasa el 61,8% de Fibonacci de la subida desde 2002.
Hoy ha sido un día muy duro en Wall Street y en el resto de las bolsas. Pero el problema es que, como no se arregle la situación, las cosas pueden empeorar aún más. No se puede descartar un rebote en breve, pero la cosa ha empeorado mucho tras el episodio de hoy. Por ello, lo mejor es extremar la prudencia y, tal y como hemos dicho últimamente a muchos de los lectores, en el momento en el que se saque una ganancia de una operación, aunque sea mínima, cerrar y recoger las plusvalías. Ahora mismo el pánico está con las bolsas. Por ello, intentemos mantener la calma, pero sabiendo dónde estamos y hacia dónde podemos seguir. Y, sobre todo, intentar que las garras de Freddy Krueger no nos alcancen. Mucha suerte a todos.
Responsable: José Carlos Estévez
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