Curso de Triángulos. Parte 1: Introducción.
En teoría moderna de ondas de Elliott existen 4 tipos principales de ondas correctivas: los zig-zags, las planas, las complejas y los triángulos. Viendo el comportamiento del Ibex35 en los últimos tiempos, los triángulos abundan en todas las escalas y todo tipo de posiciones, cada vez más. Un conocimiento completo de este tipo de ondas resulta imprescindible para poder abordar el análisis y la prognosis con las mayores garantías, así que con este curso dividido, en principio, en 8 partes, deberíamos ser capaces de enfrentarnos a cualquier situación en la que aparezcan. Y no solo eso, sino aprovecharlos en nuestro beneficio, que es de lo que se trata.
Antes de empezar, una advertencia: es necesario haber leído completo el manual de Psico sobre la Teoría de Ondas de Elliott, ya que es la base para poder ir entendiendo los conceptos que vamos a manejar. De modo que cualquiera debe estar familiarizado con lo más básico de la teoría: qué es un impulso, qué es una corrección, cómo se numeran o denominan las ondas, qué son las proyecciones de Fibonacci, la fractalidad de las ondas, etc.
Concepto de Triángulo
Un triángulo es, para empezar, una onda correctiva. Por tanto, en ningún caso puede haber un triángulo allá donde debiera aparecer un impulso. Nunca encontraremos un triángulo, entonces, como una onda 1 de un impulso, debido a que, fractalmente, la onda 1 de un impulso es, a su vez, otro impulso (más pequeño, pero impulso al fin y al cabo). Por la misma razón, tampoco encontraremos triángulos como ondas 3, ondas 5, ondas C de los ABC (zig-zags o planas) ni ondas A de los zig-zags. En todas esas posiciones se requiere un impulso.
El triángulo se compone de 5 segmentos o subondas, también llamadas «patas». Cada una de las 5 patas es a su vez también una onda correctiva. Denominamos a cada pata en el orden en que aparecen con las 5 primeras letras del abecedario: A-B-C-D-E.
Como onda correctiva, los triángulos son un poco especiales y no pueden aparecer en cualquier posición de onda correctiva, al contrario que los ABC por ejemplo:
- Nunca pueden ser la onda A de nada, ni de un ABC ni de un triángulo de grado superior: ya hemos establecido que no pueden ser la A de un zig-zag, que es una onda impulsiva; pero es que tampoco lo pueden ser de una plana, aunque en una onda plana la A sea correctiva.
- Tampoco pueden ser la onda W de una onda compleja; es decir, la primera combinación de una doble o triple combinación nunca será un triángulo. Y en el caso de una triple combinación WXYXZ, la segunda (Y) tampoco podrá serlo.
- Además, nunca podremos encontrar un triángulo en posición de onda 2 de un impulso.
- Tampoco los encontraremos como ondas 1, 2, 3 ó 4 de una pauta terminal (sí es posible en una onda 5 de la pauta terminal).
- Por último, de las 5 patas del propio triángulo, solo la última de ellas, la E, puede ser a su vez otro triángulo, aunque en algunos casos muy particulares y muy raros, que ya comentaremos, se han observado triángulos en posición C.
A la onda completa que se sitúa a continuación del triángulo se le denomina «escape» del triángulo. De modo que si encontramos un triángulo en posición de onda B, por ejemplo, el escape de ese triángulo será la onda C del ABC de grado mayor. Si el triángulo está en posición de onda 4, el escape será la onda 5; y si el triángulo fuera una onda Z (tercera combinación de una triple combinación), el escape será probablemente la subonda A de la siguiente onda correctiva, o la onda 1 del siguiente impulso.
Clasificación de acuerdo con su función en grado mayor
Dependiendo de la posición que adopte el triángulo en un recuento de grado mayor, y las implicaciones que ello supone para pronosticar cómo va a ser su escape, los triángulos se pueden agrupar en dos grandes categorías:
- Triángulos restrictivos o limitantes: son aquellos que actúan en posición de onda B de un ABC (nunca de un triángulo de grado mayor) o en posición de onda 4. El nombre viene de que el escape de estos triángulos está limitado o restringido en cuanto a la longitud en precio que puede llegar a alcanzar. Esa limitación se establece comparativamente en % con la pata más grande de todo el triángulo, y es un rango variable para cada tipo geométrico de triángulo, que hay que conocer para afinar qué se puede esperar de dicho escape. el escape, entonces, no llega muy lejos, y luego el precio siempre vuelve a la zona interior del triángulo, al rango de precios sobre el que ha pivotado, atravesándolo en sentido contrario.
- Triángulos no restrictivos o no limitantes: son los que actúan en el resto de posiciones en las que puede aparecer un triángulo, que son:
- Como una onda X de una doble o triple combinación.
- Como onda Y de una doble combinación (no de una triple combinación, solo cuando la Y es la última).
- Como onda Z de una triple combinación.
- Como onda 5 de una pauta terminal.
- Como onda E de un triángulo.
- En casos muy raros, como onda C de un triángulo.
La característica fundamental en los triángulos no restrictivos es que el escape no se encuentra constreñido o limitado a una determinada longitud en precio respecto a lo que miden las patas del triángulo. Puede tener la longitud que sea necesaria de acuerdo con el recuento de grado mayor. Por ejemplo, si el triángulo es una onda X tras una W, la Y medirá lo que tenga que medir, independientemente de que el triángulo X sea grande o pequeño.
Por tanto, dependiendo de la posición en grado mayor en la que nos encontremos al triángulo, ya sabemos qué podemos esperar del escape posterior.
Clasificación por la geometría externa del triángulo
La geometría del triángulo viene dada única y exclusivamente por la relación que mantienen entre sí las ondas impares que lo conforman: A, C y E. Curiosamente, el cómo sean las ondas pares B y D no significa nada. B y D sólo permiten establecer subgrupos dentro de cada grupo principal, pero no determinan el tipo geométrico de triángulo en absoluto.
Como norma importantísima e irrompible, la onda C del triángulo NUNCA puede ser la más pequeña entre las tres impares. Es decir, puede ser la onda mayor o la mediana, pero jamás la más pequeña: si A es mayor que C, la E tendrá que ser menor que C; y si E es mayor que C es porque la A es la onda más pequeña.
De acuerdo entonces con la relación entre las ondas impares A, C y E, los triángulos se clasifican en:
- Triángulos contractivos o convergentes: son los más habituales. En un triángulo contractivo la onda A es la más grande en precio, mientras que la onda E es la más pequeña y la onda C es la mediana. Por tanto, cada onda impar es más pequeña que la anterior y el triángulo tiende a reducir su rango de oscilación según avanza.
- Triángulos expansivos o divergentes: son los más raros de ver. En este tipo de triángulos la onda E es la más grande en precio, la onda A es la más pequeña y la onda C vuelve a ser la mediana. Cada onda impar resulta entonces más grande que la anterior, y el triángulo se expande en rango de precio con su avance; de ahí su nombre.
- Triángulos neutrales: son aquéllos en los que la onda más grande en precio es la C. Las otras dos ondas, A y E, tienden a ser similares en tamaño entre sí, pero no es obligatorio.
Si metemos en la ecuación la longitud de las ondas B y D se obtienen dos subtipos en cada categoría anterior:
- Triángulos con alternancia normal: son el subtipo de triángulos donde las ondas pares B y D siguen el mismo esquema de convergencia o expansividad (acortamiento o alargamiento) que rige para las ondas impares A, C y E. Es decir, para un triángulo contractivo, la onda B es mayor en precio que la D, y de esta forma, todo el triángulo va reduciéndose en rango de precio según avanza cada onda. En cambio para un triángulo expansivo de alternancia normal, la onda D es mayor en precio que la B, y el triángulo va aumentando su rango de precio cotizado según avanzamos por cada onda. En los neutrales, se considera que la alternancia normal se produce si D es mayor en precio que B, igual que en los expansivos.
- Triángulos con alternancia inversa: en este caso, las ondas pares B y D siguen el esquema opuesto al caso anterior, y su esquema de acortamiento o alargamiento es al revés que el de las ondas impares. Por tanto, en un triángulo contractivo, mientras que A, C y E van disminuyendo de tamaño, B y D van aumentando, lo cual da unas geometrías muy particulares. Lo mismo se puede decir de los triángulos expansivos y neutrales: en éstos, la onda B es mayor que la D, mientras que las ondas impares van creciendo al avanzar en el triángulo.
En consecuencia, tenemos 6 tipos de triángulos en función de su geometría global:
- Contractivos con alternancia normal.
- Contractivos con alternancia inversa, también llamados «extractivos«.
- Expansivos con alternancia normal.
- Expansivos con alternancia inversa.
- Neutrales con alternancia normal.
- Neutrales con alternancia inversa.
Desarrollaremos las características y condiciones de cada uno de estos 6 tipos de triángulos en los capítulos posteriores. No hay que asustarse, pues aunque parezcan complicadísimos (y a veces lo son) basta con ser metódicos y conocer todas las características que los definen o identifican. De esta forma, aunque aveces no seamos capaces de reconocerlos durante su desarrollo, sí que podremos etiquetarlos una vez terminados en casi todos los casos, para que formen parte del recuento global de manera natural.
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Responsable: José Carlos Estévez
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