Pues sí, señoras y señores. Como por arte de magia, como si de un encantamiento de Harry Potter se tratara, la irrupción ayer de Warren Buffett ha conseguido hacer que los mercados se olviden de la situación en la que estaban, de los miedos a la recesión en USA, del temor al enfriamiento de la economía a nivel global, del pánico a un nuevo crash en las bolsas…
Además, no se sabe bien por qué, resulta que cuando las cosas van mal todos los datos que salen siempre son malos y ahora, los datos son todos favorables. No hay medias tintas. O, tal vez sea que los mercados ven los datos tal y como más les interesa y los utilizan como medios para justificar sus movimientos. Es decir, que nos se sabe si son los datos los que mueven a las bolsas o son las bolsas los que mueven a los datos. Es la eterna discusión de qué fue antes, si el huevo o la gallina.
Esto viene a colación de que ayer, además de la aparición estelar de Warren Buffett, resulta que el primer impulso nos lo dio el indicador de la confianza empresarial en Europa del instituto alemán ZEW que fue mejor de lo esperado (¿y nadie se ha parado a pensar que, aunque fuera mejor de lo esperado, seguía siendo muy malo?) y hoy ha valido el dato de las ventas al por menor, que también ha sido un poco mejor de lo esperado.
Y estos datos, unido a la propuesta del nuevo Sylvester, ha llevado a las bolsas a una situación perfecta para la rotura de directrices bajista… Algunas han roto, como el Ibex o el Dow Jones, otras están cerca, como el Dax Xetra alemán o el SP500. Si vemos las gráficas, todas presentan unas figuras muy similares. Y todas presentan un denominador común: parece que sí que se rompe por arriba y que se puede iniciar una recuperación.
Tal y como vemos, en todos los índices, la directriz bajista coincide más o menos con el 38,2% de Fibonacci de la caída desde Diciembre, y es en ese punto donde todas más o menos están. El Ibex es el que tiene una diferencia mayor entre la bajista y dicho nivel de Fibonacci, de tal modo que ha roto la bajista, pero no dicha resistencia.
Pero, viendo el cierre de los americanos hoy, pensamos que todo se andará y que mañana podemos ver un nuevo ataque en el Ibex a dicho nivel (que se corresponde más o menos con los 13.500) o del Dax Xetra alemán a esa resistencia (que en este caso se corresponde con los 7.050 más o menos).
Y todo esto, olvidando todos los problemas con la economía americana, mundial, la crisis inmobiliaria, la crisis subprime, la crisis monoline y hasta, si nos apuran , la crisis de los 40, la crisis energética o la crisis que provocará el tan discutido cambio climático…
Además, casualmente, todo esto justo en semana de vencimiento de opciones. ¿Casualmente? Pues la verdad es que en este mundo de la bolsa, pensamos que las casualidades no existen. Y que la manipulación existente llega a cotas altamente increíbles. Ahora es cuando aquello de que «la mujer del César no solo debe ser decente, sino también parecerlo» nos parece tan lejano.
Porque, la verdadera piedra de fuego para este movimiento de recuperación se producirá tras el vencimiento el viernes. ¿Volverán los malos datos después? ¿Se nos pasará el efecto Buffett al igual que se pasa el efecto del desodorante al cabo del tiempo? ¿Volveremos a la dura realidad y nos daremos cuenta de que todo has sido un sueño? ¿O tal vez veremos que sí que se trata de un rebote sólido?
Pues es complicado que así sea. Porque la situación de fondo que ha originado todo, sigue en su apogeo y en los próximos meses vamos a ver lo peor. Aunque la cosa se está poniendo bien si atendemos a datos como la encuesta de hoy de Investors Intelligence, que nos muestra a los gestores profesionales con un sentimiento claramente bajista (los alcistas y los bajistas mantienen una diferencia de un 1,1% nada más, y esto en unos gestores que suelen ser siempre alcistas es muy poca diferencia). Esto debería llevarnos a poder subir a no tardar mucho y provocar un buen rebote. Pero con todo lo que queda por salir a la luz pública de la crisis, es complicado que este rebote, si se produce, sea capaz de llevarnos a zona de máximos.
De cualquier modo, nos quedan dos días (bueno, uno y medio) para el vencimiento de opciones el viernes. Y tal y como están las cosas, no es cosa de desaprovechar la ocasión de pillar una subida. Pero, siempre manteniendo la máxima cautela, porque la situación que ha causado la crisis no ha mejorado lo más mínimo.
Por tanto, sigamos operando a muy corto y con ese espacio temporal tan reducido del vencimiento del viernes. Tengamos mucha precaución sobre lo que pueda pasar después de esa fecha, no sea que nos encontremos con una sorpresa desagradable.
Pero, mientras tanto, que siga la fiesta y que corra el alcohol entre los mercados mundiales. Ya habrá tiempo para la resaca después. Y, siempre nos quedará Sylvester para darnos una aspirina que nos alivie el dolor de cabeza.